Con
esta ola de calor que hemos sufrido me he acordado de nuestro reciente
viaje a Nueva York, así que aquí tenéis una “pequeña” crónica de cómo
nos fue.
Hacía
ya un tiempo que Guardameta y yo queríamos volver a Nueva York (él
estuvo hace 11 años y yo hace 16), así que este año decidimos ahorrar un
poco y poner rumbo a la Gran Manzana.
Para
todos aquellos que aún no hayáis podido ir, es un viaje que recomiendo
intentar hacer al menos una vez, ya que es una ciudad para todos los
gustos.
Nueva
York y sus más de 8 millones de habitantes, reciben cada año millones
de turistas y, aún así, puedes ir paseando por algunas calles sin
sensación de agobio, la cual aparece cada vez que decides ir a Times
Square o recorrer las calles del Distrito Financiero.
Central Park desde el Empire State |
Con
el paso de los años, el nivel económico de la ciudad se ha ido
incrementando hasta el punto que, a día de hoy, Nueva York es la única
ciudad que está exenta de cumplir el único requisito obligatorio para
todos aquellos que quieran ser funcionarios ya que no tienen la
obligación de residir en la ciudad en la que trabajan. Un policía, un
bombero o un profesor (por poner unos ejemplos), no se pueden permitir
con su sueldo una vivienda en Manhattan, lo que ha propiciado la
expansión de zonas como Nueva Jersey o Brooklyn.
La
ciudad de los rascacielos tiene muchos encantos, por lo que es
recomendable que, si no se va a estar mucho tiempo, organizarse la
visita para poder ver lo más importante.
Gracias
a un amigo que estuvo el año pasado, nos enteramos de que existe la
tarjeta CityPass. Es una tarjeta prepago (89$) que te permite la entrada
a 5 de las principales atracciones de la ciudad sin necesidad de estar
haciendo cola.
Los lugares que nosotros visitamos gracias a la tarjeta fueron:
- MOMA (Museum of Modern Art)
- MET (Metropolitan Museum)
- Observatorio del Empire State Building. Impresionantes las vistas de la cuidad desde la planta 87
- Top of the Rock (observatorio en lo alto de Rockefeller Center). Hay que aprovechar para ver atardecer.
- Crucero al atardecer por el Río Hudson. Un crucero de 2 horas en el que te van contando historias de la ciudad
Esta tarjeta te permite visitar el Guggenheim en lugar del Top of the Rock y la Estatua de la Libertad en lugar del crucero.
Nosotros
optamos por no ir a ver la estatua de la libertad primero, porque yo ya
la conocía por dentro y fue mi mayor decepción y, segundo, porque desde
el barco en el que fuimos pasábamos por delante de la estatua y,
además, hay barcos gratuitos que te llevan a Ellis Island y desde allí
también puedes ver la estatua.
Empire State |
Los
amantes de los musicales también están de suerte. Broadway, la cuna de
los musicales, nos recibe con su amplio catálogo. Obras como El Fantasma
de la Ópera, Wicked, Mamma Mía! y un largo etcétera llevan años
haciendo las delicias de los amantes de estas obras. Además, no es del
todo necesario comprar las entradas por adelantado. En el centro de
Times Square, hay un local que vende entradas para el mismo día con
descuentos que pueden llegar hasta el 70% (dependiendo de la obra). Los
que queráis ver Wicked sí que tenéis que comprar la entrada por
adelantado, ya que aquí no la venden.
Al final nos decantamos por el musical de Mary Poppins que era el que más se ajustaba a nuestro presupuesto (120$ los dos) y he de decir que no nos decepcionó en ningún momento. Ojalá en España algún día podamos ver musicales de esa calidad.
En el musical de Mary Poppins |
Si
los musicales no te llaman, pero eres un amante del deporte, Nueva York
te ofrece la posibilidad de ver (siempre que sea en temporada) a sus
equipos de baseball, baloncesto, hockey sobre hielo o fútbol americano.
Nosotros quisimos ir a ver un partido de baseball, pero cuando fuimos a
comprar las entradas ya no quedaban 2 sitios juntos.
A lo largo de la ciudad puedes encontrar tiendas oficiales de la NBA, la NHL o tiendas de deporte en general como NikeTown.
NY es una ciudad en la que puedes hacer de todo. Hasta disfrutar
de un día de descanso en lo que está considerado como el pulmón de la
ciudad: Central Park. Como detalle curioso, comentaros que el Principado
de Mónaco cabría dentro de este parque.
Con
una extensión que supera las 300 hectáreas, Central Park es ideal para
descansar en sus explanadas mientras disfrutas de un picnic con tu
familia o amigos, pasear, montar en bici o correr por sus interminables
calles.
Para los más perezosos, existe la posibilidad de alquilar un coche de caballos y hacer una pequeña ruta por el parque.
En
la zona norte, se encuentra el Jacqueline Kennedy Onassis Lake. Este
lago de 3km de perímetro, recibe su nombre de la mujer del presidente
Kennedy la cual, al vivir cerca del parque, bajaba todos los días a
pasear y se recorría el parque. Merece la pena ir a última hora de la
tarde, cuando el sol empieza a desaparecer.
Jacqueline Kennedy Onassis Lake |
Al
oeste del parque, nos encontramos con Strawberry Fields, coronado por
un mosaico con la palabra “Imagine” en el centro y dedicado a John
Lennon; y al este, podemos ver una impresionante estatua de “Alicia en
el País de las Maravillas”. Al sureste del parque está el Zoo de Central
Park, famoso por ser el lugar del que se escapan los protagonistas de
la película “Madagascar”.
Una
vez que tuvimos bien pateada toda la zona norte, decidimos cambiar y
recorrer la zona sur. Para ello, echamos mano del metro para bajar hasta
el barrio de Chelsea. Una vez llegamos, fuimos a buscar el Highline,
una antigua vía de tren que se encuentra por encima de las calles y que
los vecinos consiguieron que se restaurase y convertirlo así en un
agradable paseo.
Highline |
El
Highline conecta los barrios de Chelsea y Meatpacking District. Una vez
llegamos al final del paseo, continuamos bajando por Tribeca hasta
llegar al distrito financiero, donde se encuentra la zona cero. A día de
hoy, las obras en esta zona están muy avanzadas, y los edificios que
sustituyen a las torres gemelas se encuentran ya casi terminados.
Nos
recorrimos Wall Street, bajamos hasta el parque en el que se encuentra
el puerto que va hasta Ellis Island y, después de un merecido descanso,
viendo la estatua de la libertad, volvimos e hicimos una parada para
comer en el Mc Donald’s, ya que nos habían dicho que en este en
concreto, hay una pianista tocando en directo.
Subimos
hasta el ayuntamiento de la ciudad pasando por delante del Toro de Wall
Street, dejando para otro día la visita a los barrios más “cool” de la
ciudad.
Si
lo tuyo son las tiendas más fashion, no puedes dejar de pasear por los
barrios de SoHo, NoHo y Nolita. Estos barrios son los elegidos por
multitud de famosos para sus compras más exclusivas, alejándose de las
grandes firmas más conocidas que se encuentran en la 5ª Av.
Pianista en McDonald's |
Lo
que más nos llamó la atención fue, que el barrio de Little Italy ya
casi no existe ya que China Town se ha ido agrandando hasta tal punto
que ha ido comiendo terreno a los italianos.
Como
veis, Nueva York tiene mucho que contar y podría seguir páginas y
páginas, pero no quiero aburriros más, mejor, os animo a que cuando
podáis, vayáis y lo sigáis descubriendo vosotros mismos.
Buena semana a todos!
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