Y aquí venimos con otra sección más. En esta ocasión intentaremos recomendaros alguna que otra serie para que disfrutéis. Violencia, humor, animación,... todos los géneros tienen cabida esta sección.
Recuerdo cuando se estrenó Spartacus. Vi el primer capítulo y decidí que no seguiría con ella. Incluso recuerdo que me preguntaron por esta serie y mi respuesta fue "malísima, es lo peor". Y sin embargo aquí estoy, escribiendo una entrada recomendándola tras terminar de ver la precuela que se emitió entre la primera y la segunda temporada. Pero antes de explicarme, mejor vamos a contar un poco de qué va.
Spartacus: Blood and Sand, serie emitida por Starz, está inspirada en el personaje del mismo nombre (Espartaco), un guerrero Tracio que puso en jaque al todopoderoso imperio romano. Capturado y condenado a las minas de yeso, gracias a (o por culpa de) su físico, fue comprado por un mercader y llevado a la escuela de gladiadores de Léntulo Batiato (Léntulus Batiatus si veis la serie en VO) en la ciudad romana de Capua. La serie, o por lo menos la primera temporada, se centra en esos años en la escuela de gladiadores y su relación tanto con sus compañeros como con el propio Batiato. Si conocéis algo de la historia de Espartaco seguro que habéis oído también hablar de Crixo y Enomao (como antes, Crixus y Oenomaus), personajes también muy importantes en la serie, como no podía ser de otra forma.
La serie nos presenta, como digo, la historia de Spartacus en la academia y creedme si os digo que una vez que conozcáis a los habitantes de la escuela de gladiadores quedaréis completamente enganchados queriendo saber más y más sobre ellos y sobre lo que les va a suceder. Porque aunque el protagonista sea Spartacus, el resto de personajes tiene prácticamente tanta importancia como él en el desarrollo de los acontecimientos.
Tras la fantástica primera temporada, una mala noticia se cernió sobre el protagonista Andy Wthifield. Le diagnosticaron un cáncer que le obligó a estar apartado del rodaje de la serie. Para no tener a los fans tanto tiempo sin serie, decidieron crear una precuela de tan solo 6 episodios (de unos 50 minutos cada uno a excepción del último que dura algo más de 1 hora) en la que se narraban los hechos anteriores a la llegada de Spartacus y en los que se veía como habían llegado el resto de personajes a la situación en la que los conocemos, así como la creación del Coliseo donde se desarrollan los combates.
La precuela, Spartacus: Gods of the Arena, fue todo un éxito tanto de crítica como de público, y es que no se han dejado ni el más mínimo detalle, cuentan incluso cosas de las que seguro que ni te acordabas y es tarea imposible encontrar una sola laguna en la historia, habiéndolo dejado todo bien hilvanado.
Entonces, si es todo tan maravilloso, ¿por qué me negué a verla inicialmente? El problema en este caso radica no en la historia que nos cuentan, sino en cómo lo hacen. La serie es una auténtica orgía de sangre y sexo. Si habéis visto Game of Thrones seguramente pensaréis que exagero, pero no, esta tiene más sangre y más sexo, mucha más. Y tras ver solo el primer capítulo, me pareció que me estaban intentando convencer con lo básico. Encima la sangre está muy mal hecha, y los efectos de croma son demasiado cantosos tanto en las escenas de violencia como en algunos escenarios. No me motivaba nada ver algo tan mal hecho y tan exagerado. Cada vez que le clavan a uno la espada salta sangre para llenar un cubo. Pero es que además, aunque la sangre se vea claramente que está hecha por ordenador, no hace que las escenas violentas sean menos desagradables, habiendo decapitaciones y puntas de espada donde menos te lo esperas cada poco tiempo.
Aún así, no hacía mas que leer críticas muy positivas sobre la serie, con lo que me decidí a darle una oportunidad. Y menos mal que lo hice. Una vez que consigues aceptar la forma en la que te venden la historia entras en una trama de conspiraciones que te mantendrá enganchado hasta el final. Y encima me encontré con un par de sorpresas más entre los actores. Por un lado a John Hannah, a quien solo conocía de antes de la película "Dos vidas en un instante" (Sliding Doors, con Gwyneth Paltrow, película que por cierto me gusta bastante, y su personaje también, que es fan de los Monty Python) y por otro lado a Lucy Lawless (o Lucy Sin Ley, como la llamaron en un capítulo de Los Simpsons), también conocida como Xena, la princesa guerrera, quien no duda en mostrarnos su encantos en más de una ocasión.
Ahora espero poder empezar la segunda temporada, Spartacus: Vengeance, en la que veré a Liam McIntyre, el sustituto de Andy Whitfield, quien por desgracia terminó cayendo víctima de ese cáncer. Y si os decidís a verla y os engancháis como yo, que sepáis que tenéis tiempo hasta Enero de 2013 que es cuando se estrenará la tercera y última temporada llamada Spartacus: War of the Damned que con ese nombre promete bastante.
Además, si no sois fans de la versión original estáis de enhorabuena, puesto que Cuatro ha emitido la primera temporada y la ofrece completa desde la web de mitele.es. Y en breve empezarán precisamente con la precuela, así que ya sabéis, no tenéis excusa para perdérosla.
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