lunes, 20 de agosto de 2012

Salamanca, la ciudad que hay que conocer

. lunes, 20 de agosto de 2012

Hola a todos!!

qué tal este fin de semana tan calorífico?? Nosotros decidimos alejarnos del calor de Madrid para ir de lleno al calor de Salamanca, aunque ya íbamos con idea de sofocarlo en la piscina.

Friends!

No sé qué tiene Salamanca que es una ciudad que me tiene atrapada... será que mi familia materna es de allí o serán los 7 años que estuve viviendo en ella?? Sea lo que sea, Salamanca es una ciudad que no deja indiferente. Es una ciudad pequeña, con ambiente universitario y una gran afluencia de turistas (sobre todo de fuera de España) con grandes rincones y muy buena gastronomía.

El caso es que este fin de semana decidimos ir para allá para ver a dos grandes amigos y fieles seguidores del blog; Fito (@crazyalf) e Izas (hazte una cuenta de twitter!!!!). El viernes, como llegamos ya cerca de la hora del tapeo, decidimos marcarnos una ruta de pinchos por Van Dyck donde, por muy poco, te puedes tomar tu cañita, vino o refresco con un buen pincho de carnes a la plancha o tostas.
Una vez recorrida la calle, nos fuimos a tomar algo fresquito a uno de esos sitios que, al estar recogidos en callejuelas, pasan desapercibidos para los turistas, pero el ambiente es muy bueno. Os hablo del Café Milú (Facebook y twitter). Sus dueños, Julio y Carmen, son encantadores y preparan unas copas deliciosas. Nosotros nos decantamos por Gin-tonic, San Francisco, Piña Colada y Mojito sin alcohol. Como no habíamos tomado postre, Carmen nos deleitó con su deliciosa tarta de almendras acompañada de helado (deliciosa!!!).

Después de hacer el tonto un rato con la cámara, finalmente pusimos rumbo al maravilloso mundo de los sueños para prepararnos para el día siguiente: Piscina!!!!!!!!!!!!!!!!

Ñam, ñam!
Como os comentaba al principio del post, este fin de semana se presentó también muy caluroso en Salamanca, así que Izas, muy previsora ella, nos habló de la piscina municipal de Parada de Arriba, un pueblo que está a unos 10 minutos en coche, que tiene montado un chiringuito al lado donde disfrutar de un delicioso arroz con bogavante.
Así que, una vez vestidos con nuestro look más piscinero, pusimos rumbo a Parada de Arriba. Al final, llegamos justo a la hora de comer, así que dejamos todos los trastos en el césped alrededor de la piscina y nos fuimos a por nuestro arroz.
Si alguna vez decidís ir a comer aquí y os decantáis para el arroz, os aviso, el arroz que nos pusieron a nosotros para 4 daba para 8 O_O

La piscina he de decir que estaba muy bien y, al estar fuera de la capital, no había demasiada gente y se estaba de lujo.
Haciendo tonterías varias típicas de nosotros se nos pasó la tarde y tocó volver a Salamanca para cotinuar la noche.
Después de una cena rápida, nos juntamos con más amigos y disfrutamos de la noche salmantina.

Nuestra primera parada fue en la terraza del Clavel 8, un local que ya no sé cuántos años lleva en Salamanca pero sigue atrayendo a la gente. Unos mojitos fresquitos (estos con alcohol) y, como no, rumbo al café de Milú (había que catar de nuevo la tarta de almendras, jejeje).
Como somos fans de Tintín, del Milú pusimos rumbo al Capitán Haddock, aunque se notó bastante que estamos en agosto y no había mucha gente, pero aún así nos tomamos algo rapidito.

Ya para terminar la noche (al día siguiente había que conducir de vuelta a Madrid) nos fuimos a otro clásico de la noche Salmantina, el Molly Malone. La verdad es que me sorprendió verlo tan vacío (siempre que he ido, no había forma de pillar mesa) así que aprovechamos la tranquilidad que nos brindaba para hacer otra sesión de fotos, acompañado de algún que otro vídeo.

El domingo, con más calma y sufriendo de nuevo el calor, aprovechamos para pasear por las zonas que sirvieron de escenario para nuestro reportaje de boda. Así que volvimos al Patio de Escuelas (precioso como siempre) para acabar disfrutando de una brisa fresca a la sombra de los árboles de El Huerto de Calixto y Melibea.
Patio de Escuelas

Huerto de Calixto y Melibea
Si alguna vez vais a Salamanca tenéis que ir a ver el Huerto, es un lugar precioso donde se respira tranquilidad y, si ya habéis estado en la ciudad, pero no lo conocéis, ya tenéis otro motivo para volver.

Finalizamos nuestra visita a Salamanca con una comida en el Restaurante Isidro. Nos encanta este lugar, la relación calidad-precio es muy buena y la gente que trabaja allí muy amables y atentos.
Es tal el éxito que tienen, que en cuanto han podido se hicieron con el local de al lado y han ampliado (y aún así, siguen llenando).

Espero que después de leer este post, los que aún no conocáis esta maravillosa ciudad, os animéis a ir.
Nosotros ya tenemos fecha para volver... nuestro aniversario de boda!!!




Detalles de la Catedral Nueva

 


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Si es que Salamanca atrapa: sea por el día, por la magia de la noche...
Los rincones están hechos para que tengan su magia y sean especiales.
Fue un gran finde, de esos épicos de grandes amigos que salen a divertirse.
Y pues... "no más, no se olviden de poner un like a este post, y les encomendamos hasta la siguiente publicación. ciau amigos del Panda Rojo"

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